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30 noviembre 2013 ~ 1 comentario

El Síndrome de Valencia

En 1973 se produjo en Estocolmo un asalto a una sucursal bancaria con 3 rehenes. Una de las rehenes, Kristin Ehnemark, dijo que se sentía segura con su secuestrador, y que temía que la Policía pudiera realizar acciones violentas. El secuestro terminó 6 días más tarde sin que nadie resultara herido. El psiquiatra y colaborador de comprar ONT la Policía sueca Nils Bejerot acuñó posteriormente a partir de este suceso el término ‘Síndrome de Estocolmo’ para referirse al vínculo afectivo que desarrolla un secuestrado con su secuestrador.

Ayer, 29 de noviembre de 2013 a las 12.19 h, Canal 9 (la televisión pública de la Comunidad Valenciana) se iba a negro y dejaba de emitir. La orden se daba la noche anterior pero el fin de las emisiones se alargó 12 horas por la negativa de los trabajadores a facilitar el cierre. El fin de la televisión pública valenciana fue retransmitido en directo en un momento ciertamente cómico-taurino (las últimas palabras previas al fundido a negro fueron “No tienen a ningún técnico para fundirnos a negro”… Pues sí, sí que lo tenían. Canal 9 en su máximo esplendor hasta en el último segundo). En un post anterior ya dejé clara mi postura: no a las televisiones públicas, así que no será ninguna sorpresa que me halle aliviado por el cierre de Canal 9, porque era un mastodonte que vivía a costa de mi dinero y de tú dinero, manipulador y vergonzante para cualquier valenciano. Pero lo sucedido en el día de ayer me ha hecho comprender un poco más y mejor como está organizada Valencia: clase política, clase periodística y sociedad en general.

La torpeza de la Generalitat Valenciana y del PP de Valencia ante el cese de emisiones de Canal 9 producido ayer es innegable. Hace falta ser palurdo, paleto y estúpido y hacer tan rematadamente mal el papel de gobernante como para que el cierre de Canal 9 fuera retransmitido en directo con los trabajadores gritando ‘esto es un golpe de estado’ atrincherados en el edificio. Si hubieran planeado hacerlo tan rematadamente mal, no les habría salido tan mal como ayer. Estoy a favor del cierre de Canal 9 pero la forma de llevarlo a cabo ha sido una maniobra torpe, mal planificada y que les va a causar Comprar TRON muchos problemas (internos y externos) a un corto plazo. La oposición tampoco se queda corta. Desde el mismo momento en que el Consell anunció su intención de liquidar RTVV, el futuro tripartido que gobernará la Comunidad Valenciana en 2015 (PSOE, IU y Compromís) han hecho exactamente lo que han denunciado que hacía el PP: manipular Canal 9 y a sus trabajadores. Tanto es así que en el último minuto de emisión Mónica Oltra (la Rus de la izquierda, la Waldo valenciana) y Marga Sanz (y supongo que también alguien del PSOE, pero son tan nulos haciendo política que no me suena ninguna cara) estaban sentados en posición preferente en el plató del Noticies 9 gritando con los trabajadores ‘esto es un golpe de estado’. Asco y bochorno me produce tanto el PP como el PSOE, IU y Compromís.

La clase periodística no se queda atrás. No he leído ni un solo artículo en la prensa valenciana (ni uno) ni una sola declaración de ningún periodista de la prensa valenciana (ni uno) que se salga de la versión oficial de tristeza y condena por el cierre de Canal 9. Claro, perro no come perro; pero me esperaba un poco más de variedad de opiniones y no un pensamiento único y uniforme. Harina de otro costal son los periodistas de Canal 9. Llevan 24 años al servicio del gobierno de turno manipulando, engañando, mintiendo y permitiendo todo tipo de tropelías… ¿y ahora se las quieren dar de héroes admitiendo cuando pierden su puesto de trabajo que llevaban años manipulando? Entiendo que no es tan fácil jugarse un puesto de trabajo, pero ahora por dignidad y para no reirte en la cara de los valencianos cierra la boca y no te las des de adalid de la libertad de expresión ya que siempre has sido un manipulador al servicio del poder. Pero supongo que los periodistas de Canal 9 tienen tan arraigada la manipulación que cuando dejaron de ser manipulados por el PP (1 minuto después de que se filtrara la intención de cerrar RTVV) se ofrecieron con los brazos abiertos a ser manipulados por PSOE, IU y Compromís (véase el párrafo anterior la Oltra y la Sanz sentadas en el plató en el último minuto de emisión). No saben vivir sin manipular. Pues bien, tengo una buena noticia para ellos: han manipulado y mentido tanto y tan bien durante todos estos años que tienen un puesto de trabajo asegurado en cualquier televisión pública, especialmente en la creará el tripartito a partir de 2015, que será una televisión plural (España es ese país en que cuando manipula la derecha se le llama ‘manipulación, pero cuando manipula la izquierda se le llama ‘pluralidad’). Asco y bochorno me produce la clase periodística valenciana y los periodistas de Canal 9.

Un pequeño inciso: comparar el cierre de RTVV con un golpe de estado (23F es la comparación principal) no solo es un estupidez como una casa (y totalmente demagógico); es además una falta de respeto a la democracia, una banalización de un atentado contra la autoridad democrática ejercida por el gobierno que ha querido el pueblo y un insulto a todas las personas que han sido víctimas de un golpe de estado. También lo es comparar el cierre de RTVV (cierre de una empresa pública decidido por un gobierno democrático por un procedimiento legal) con el cierre de medios de comunicación privados en, por ejemplo, Venezuela. El que no vea la diferencia entre que un gobierno cierre su propio altavoz de manipulación (¡nos deberíamos de alegrar!) y que un gobierno cierre un medio de comunicación privado por pensar diferente a él; tiene un serio problema de entendederas… o bien es que utiliza la demagogia de forma voluntaria y a sabiendas.

Pero lo que me ha causado más espanto ha sido la reacción de la sociedad valenciana. He descubierto anonadado como un gran porcentaje de la gente corriente lamenta el cierre de RTVV  y está deseando que abra de nuevo. Y está claro que la mayoría de estar personas saben y reconocen que Canal 9 ha estado manipulada desde su creación. Pero les da igual: están contentos siendo manipulados. Me aterroriza darme cuenta de que la sociedad valenciana se siente arropada y muy a gustito cuando la manipulan. Hasta ahora ha sido el PP; y dentro de 1 año y medio será el tripartito de PSOE, IU y Compromís, pero el resultado va a ser el mismo: trolas, mentiras y amiguismo político con tal de conservar el poder. No sabemos vivir sin políticos que nos mangoneen y no sabemos vivir sin una televisión pública que nos manipule. En 2015 el tablero girará y las piezas las manejarán otros políticos con otras ideas pero la manipulación seguirá presente y la sociedad valenciana aplaudirá con las orejas. No hay más que ver como ha aplaudido con las orejas cuando la presencia y manipulación de políticos del PP ha sido sustituida por la presencia y manipulación de políticos de PSOE, IU y Compromís durante las últimas semanas. ¿Y por qué? Porque los valencianos no sabemos vivir de otra manera. Sabemos que cuando RTVV vuelva con el tripartito (porque volverá) va a estar manipulada tanto o más que con el PP (porque lo estará) y sin embargo nos da igual: que vuelva Canal 9. Asco, bochorno y miedo, me produce la sociedad valenciana.

Creo que los psiquiatras y psicólogos harían bien en quitar el sambenito a la ciudad de Estocolmo y dar a Valencia el nombre del síndrome. Nos sentimos seguros con nuestros secuestradores. La clase política lo padece: en primera fila defendiendo a los periodistas que hasta hace 15 días habían atacado furibundamente. La clase periodística lo padece: quieren ser manipulados y les parece bien y de hecho, no saben trabajar de otra manera. Pero lo que es peor, la sociedad valenciana lo padece: pese a que con Canal 9 nos han manipulado y engañado como han querido, seguimos queriendo más televisión pública para que nos manipulen y nos sigan engañando porque no sabemos informarnos y convivir de otra manera. Resultado: el Síndrome de Valencia.

11 noviembre 2013 ~ 0 comentarios

Día del Armisticio

Hoy, 11 de noviembre se celebra en Bélgica y en otros países el Día del Armisticio (o Día del Recuerdo). Se conmemora el armisticio firmado entre los Aliados de la I Guerra Mundial y Alemania y que supuso el fin de la guerra a partir de la ‘undécima hora del undécimo día del undécimo mes’ de 1918, hace ya 95 años.

En España no estamos acostumbrados a esta celebración, pero tanto aquí en Bélgica (sí, he vuelto a Bélgica. Para más información, sígueme en Twitter) como en el resto de países donde se conmemora este día es una fiesta muy solemne. Es fiesta nacional y los actos se suceden por todo el país. No es raro que la gente se ponga amapolas rojas en sus solapas ya que la amapola se ha tomado como símbolo de los caídos en esa cruenta Gran Guerra (y también en la II).

De hecho, el uso de la amapola como símbolo para honrar a los soldados y víctimas de la I Guerra Mundial surge a partir del precioso poema ‘En los campos de Flandes, escrito por un Teniente Coronel del ejercito canadiense después de asistir al funeral de un amigo suyo caído en servicio en la 2ª Batalla de Ypres, en Flandes, Bélgica.

“In Flanders fields the poppies blow
Between the crosses, row on row,
That mark our place; and in the sky
The larks, still bravely singing, fly
Scarce heard amid the guns below [...]

Los actos conmemorativos del Día del Armisticio más importantes de Bélgica tienen lugar, precisamente, en Ypres. Misas, desfiles, dos Cómo Hacer Dinero Online minutos de silencio… El principal monumento de Ypres en conmemoración a los caídos en la I Guerra Mundial es la Puerta de Menin, donde todos los días del año a las 20h tiene lugar la ceremonia del ‘Last Post’. Un corneta del cuerpo de bomberos de Ypres se sitúa en la puerta y toca el ‘Last Post‘, un toque de corneta usado en los países de la Commonwealth en funerales de soldados caídos en acto de servicio.

Quizá en España podríamos fijarnos en Bélgica y en el resto de países que conmemoran el Día del Armisticio sobre cómo honrar a los muertos y a los caídos en cruentas guerras. Sin rencillas, sin odios, sin confrontaciones. Solo respeto y recuerdo.

07 noviembre 2013 ~ 6 comentarios

No a las televisiones públicas

El martes 6 de noviembre por la tarde saltaba la noticia: la Generalitat Valenciana cierra Canal 9 y Radio Televisió Valenciana. Esa misma mañana se había anunciado que la justicia tira para atrás el ERE de trabajadores de RTVV que afectaba a 1198 trabajadores. Ayer miércoles 6 de noviembre por la tarde, los trabajadores decidían empezar a retransmitir un programa especial denunciando el cierre de la televisión pública valenciana, con conexiones en distintos puntos de la Comunidad Valenciana y con una gran carga de autocrítica por parte de los trabajadores ante su aceptación de la manipulación informativa a la que les obligaban desde la Generalitat Valenciana.

Desde hace tiempo, vengo defendiendo que todas las televisiones públicas deberían de desaparecer. Y ahora es un buen momento para argumentar esa opinión. Estamos en el 2013, siglo XXI. Internet es el principal medio de comunicación: estamos a un clic de distancia de cualquier noticia en cualquier lugar del mundo, y Twitter es un hervidero de últimas horas y de opiniones. También utilizamos internet para entretenernos: música, series, películas, o simplemente chatear con amigos a través de Facebook. Podemos tener toda la cultura que queramos a través de internet: jamás había sido tan fácil comprar libros en internet a un precio asequible para leerlos donde te dé la gana, o ver documentales en YouTube o seguir cualquier noticia científica. La información, el entretenimiento y el acceso a la cultura están más que de sobra garantizados gracias a, entre otros medios, internet.

Un Estado no debe ser proveedor de información ni entretenimiento. Ya está bien de alimentar al Estado omnipotente y omnipresente que todo lo regula, todo lo controla y todo lo provee (¡hasta mi entretenimiento!). Quizá, a mediados del siglo XX, tuviera sentido que existieran medios de comunicación públicos con los que mantener a la gente informada y entretenida. Pero hoy en día, no es necesario que el Estado me provea de información: la puedo encontrar yo más rápido, con una mayor calidad y con una mayor objetividad (y un saludo para los que confunden el ‘derecho a la información’ con que esa información sea obligatoriamente dada por el Estado). No es necesario que el Estado me provea de entretenimiento: me lo puedo buscar yo más rápido, en mayores cantidades y adaptado a mi gusto. Es decir, en pleno siglo XXI la existencia de televisiones públicas cuya misión sea informar y entretener no se sostiene. No hay razón de ser para sacar dinero del bolsillo de los ciudadanos para montar o seguir alimentando un medio de comunicación público. Quizá tuviera sentido en 1968, cuando las primeras teles hacían su aparición en los hogares y TVE era la mejor manera de informarse o de entretenerse. En 2013, no. Podría aceptar un medio de comunicación público encargado de facilitar el acceso a la cultura (una especie de La 2) y con más motivo en comunidades autónomas con lengua cooficial. Pero un medio de comunicación público con fines comerciales, donde se emitan cosas como ‘Fringe’, ‘Harry Potter y el prisionero de Azkabán’, ‘Masterchef’ o telebasura del calibre de ‘Tómbola’ o ‘Uno de los nuestros’, no. Es decir, no a  las televisiones públicas que hay en la actualidad.

El segundo argumento en contra es el más manido estos últimos días: manipulación torticera de la información para satisfacer al partido del gobierno, chanchullos entre amiguetes, deuda y más deuda,  escasa calidad de los contenidos… Pero todos estos argumentos se supeditan al primero: el Estado no debe de proporcionar ni información ni entretenimiento, ni de alta calidad (BBC) ni de baja calidad (televisiones públicas en España). Si la iniciativa privada quiere encargarse de eso emitiendo por televisión, perfecto. Si no, la televisión no es el único medio por el que informarnos ni entretenernos.

En definitiva, que ya está bien de esquilmarnos los bolsillos a base de televisiones públicas innecesarias. No a corporaciones públicas de radiodifusión elefantiásicas, corruptas y manipuladoras donde para colmo la calidad brilla por su ausencia. No a que el Estado me diga de qué me tengo que enterar (y de que no) y con qué me tengo que entretener. No a Canal Nou, RTVV, RTVE, TV3, Canal Sur, Telemadrid, TVG, ETB… No a las televisiones públicas.

PD: Dejo para otra ocasión el bochornoso espectáculo que la sociedad valenciana en general, y la clase política y de los medios de comunicación en particular, están dando respecto al cierre (o no) de RTVV.

22 septiembre 2013 ~ 1 comentario

Es domingo: Hombre de ninguna parte

Descubrí esta canción y a Xoel López gracias a Spotify. La verdad es que no soy demasiado aficionado al (¿mal?) llamado ‘indie español’. Salvo alguna excepción, y a falta de alguna escucha más profunda de algún grupo representativo, me parece bastante aburrido el panorama indie español: canciones lentas, voces graves impostadas y a dormir. No me llama la atención.

Por eso me sorprendí muy gratamente cuando escuché por primera vez ‘El hombre de ninguna parte’, del disco Atlántico de Xoel López. La canción aún siendo de ritmo lento, resulta completamente diferente a otras canciones del ‘indie español’, transmitiendo un buen rollo impresionante. Disfrutad.

19 septiembre 2013 ~ 1 comentario

Gante

Pequeña vuelta turística a Gante aprovechando esta foto. A Gante se la conoce como la ‘ciudad de las tres torres’. La torre de la derecha de la foto pertenece a la Catedral de San Bavón (Sint-Baafskathedraal). La torre central pertenece al Campanario (civil) de Gante (Belfort). La torre de la izquierda pertenece a la Iglesia de San Nicolás (Sint-Niklaaskerk).

  • Cámara: Nikon D40
  • Objetivo: Nikkor 18-55 mm f/3.5-5.6
  • Distancia focal: 30 mm
  • Exposición: 1/13 seg.
  • Apertura: f/4.2
  • ISO: 800